Nos dirigíamos hacia ese lugar mágico, que nos habían contado que en ese pueblo existía, íbamos sedientos de aventuras, nos contaron que ese lugar de brujas y hechiceros estaba ubicado en un prado, y en el cerro se encontraba el hada de los deseos, no sabíamos cual sería, nos encontrábamos totalmente desorientados, cuando de pronto nos topamos en el camino con una oveja, más grande que yo y de cuello largo, estaba comiendo ramas tiernas de árbol, ¿no sé qué me impulsó a hacerle cariño en su cabeza?, ¿no sé qué fue lo que me inspiró tal ternura?.Cuando hice esto ella enrollo mi brazo con su cuello, temí por mi brazo, creí que lo mordería, pero cuando lo soltó, me alejé pero ella me seguía con decisión, no sé si para atacarme o sólo por joder, de un animal las intenciones nunca se conocen antes de acontecidas, agarre una calabaza, la lancé al suelo para distraerla y para que se la comiera, esta se la comenzó a comer, pero me dijo:
Yo de nuevo en vez de alejarme de allí, por curiosidad, mientras ella comía le volví a acariciar su cabeza, esta vez no enrollo mi brazo con su cuello, me provocaba tal ternura que besé su cabeza, pero algo mágico sucedió un resplandor de luz la adornó por completo y cuando dejó de brillar se transformó en una hermosa niña de cabellos castaños claros y hermosos ojos verdes, les dije a todos:
-¡ven lo que yo veo!... sentí que el único asombrado era yo, le pregunté, ¿qué le había sucedido? Me contó que una bruja de ese lugar mágico la había convertido en esa oveja hace un año atrás por traviesa.
-¡Si fueras mayor te llevaría a vivir conmigo!... le dije.
Le pregunté ¿dónde vivía? que la llevaría con su familia y estarían muy contentos de volverla a ver. Íbamos caminando a su casa era una en un sitio de pasajes muy estrechos, casas pareadas unas con otras, la del final, la más humilde me contó que era su casa, habían niñas curiosas fuera de esta, vecinas serán y amigas de Letizia porque así se llamaba esta chica, lo supe porque la saludaron llamándola por ese nombre, cuando llamé a su casa me salió a atender otra niña morenita ella, supuestamente hermana de Letizia, pero no se parecía en nada.
-¡Llama a tu mamá!... le dije.
Salió una señora morena deslavada con apariencia amable, pero no demostró ninguna
muestra de cariño al ver a su hija Letizia, me asombré demasiado, conversé en privado con esta señora y le pregunté ¿por qué esa apatía hacia Letizia?, me comentó que no era su hija que la habían dejado a su cargo desde beba y que vendrían pronto a recuperarla, acontecimiento que nunca ocurrió, me contó además que estaba aburrida de sus travesuras, le pregunté si me impediría llevarla conmigo, ya que no la querían, esta señora, no opuso mayor resistencia y me la llevé de ahí, ella me llevaría a conocer ese lugar mágico donde yo pediría mi deseo al hada de los deseos.
El camino por el que me guiaba era demasiado largo mientras avanzábamos todo iba cambiando, mirábamos hacia atrás y ya no era como cuando habíamos pasado por ahí, todo cambiaba como si algo o alguien nos estuviera haciendo una broma o nos estuviera desviando de nuestro propósito distrayéndonos, Letizia me dijo que no me distrajera que eso retrasaría aún más nuestro propósito, al seguir caminando nos topamos con un enano de nombre Tixes que nos dijo que saliéramos de aquí, que este lugar no era apto para mortales y si alguna bruja nos pillaba allí me podría convertir en cualquier cosa y que si seguíamos adelante tuviéramos mucho cuidado con una bruja llamada Armestiza, porque era una bruja muy mala y a la primera de descuido por apatía o por odio nos convertiría en cualquier animal raro o alimaña, y diciendo esto el enano Tixes se retiró a su casa, tal parece que este enano tenía toda la razón porque nos dimos cuenta que habían demasiados animales raros, yo me preguntaba si serían humanos que como yo quisieron venir a conocer el lugar mágico, para pedirle al hada de los deseos valga la redundancia, un deseo, ustedes se preguntarán ¿qué tipo de animales había en este lugar?, bueno habían sapos con enormes hocicos de cocodrilos pero lo más raro aún es que eran vegetarianos porque su alimentación principal eran pastos y ramas tiernas de los árboles, bueno después de todo cualquier criatura que estuviese ahí los vegetales eran su alimentación al igual que mi amiga aquí presente, cuando estaba convertida en oveja con cuello enorme, otro tipo de animalejos raros que ahí habitaban eran unos caballos con unos cuerpos rechonchos como si fuesen cerdos, pero eran caballos, porque tenían todo el aspecto de un caballo menos el cuerpo que era rechoncho y pequeño, también habían aves con forma de serpientes emplumadas con patas y todo, ¿por qué tanta imaginación para crear animales de esta bruja?, ¿qué pasará por su cabeza al momento de convertir algún humano en animalejo?, por un momento me puse a pensar que ¿qué pasaría si hiciese lo mismo que hice con Letizia para romper el hechizo?, ¿resultaría?, pero darle un beso a cada animalejo sería una cantidad enorme de besos que tendría que repartir, pero pensé un poco más e hice lo que me inspirara al momento de acercarme, me acerqué al caballo, miré sus ojos y me inspiró a darle de comer una verdura, pero lo único que ocurrió fue que el mismo resplandor lo rodeo pero desapareció y nos devolvió a mí y a Letizia al principio del camino, Letizia me reprendió y me dijo:
-¡Te dije que no te distrajeras!, están tratando de distraernos para no llegar a nuestro propósito…
Otra vez a empezar de cero para llegar allá, le pregunté si conocía alguna otra ruta, me respondió que no, que esta era la única que conocía, que ella jamás llegó a encontrarse con el hada, que antes se encontró con la bruja Armestiza y la convirtió en la oveja de cuello largo por querer prenderle fuego a su escoba mágica.
-¿se acordará de ti si te ve de nuevo?...
-¡No sé!, me responde ella.
Seguimos nuestra aventura, ya no me podía rendir, ya estoy acá. Al continuar nuestro camino nos encontramos con una hermosura una especie de princesa de los bosques, toda vestida de negro y sus ojos delineados de la misma ausencia de color, yo quedé deslumbrado ante tal hermosura, Letizia me miraba con ojos que me insinuaban ten cuidado y precaución, Lúyuria nos dijo que se llamaba y nos preguntó que hacia donde nos dirigíamos.
-¡Hacia el lugar mágico!... le dije yo.
Ella me mencionó que conocía un atajo para llegar donde el hada, que la siguiera, pero que para entrar a ese atajo tendría que besar sus hermosos labios negros, la tentación me inundaba, iba decidido a besar esos labios carnosos y Letizia me detiene y me dice:
-¡Detente ahí estúpido es otra treta para devolvernos al principio!...
Como que en ese momento atiné a reaccionar y me eché para atrás, la princesa me miró con sus ojos negros, hermosos y me dijo:
-¡Tú te lo pierdes! adiós...
Y diciendo esto desaparece y el camino continúa ahí mismo, lo único que esperaba era no encontrarme con la bruja Armestiza, no es que tuviera miedo, sólo es respeto, además quizás en que me pueda convertir, en el minuto que iba pensando esto aparece en el camino un señor anciano, con sus blancos cabellos largos y barbas igual como la nieve.
-¡Viejito pascual!... dije yo.
Letizia se apretaba su guata riéndose de mí, el anciano me miró con su cara seria que no le venía para nada a su semblante, porque demostraba todo lo contrario, se veía muy amable y cariñoso como el viejito pascual.
Letizia en una frase me dijo:
-¡Las apariencias engañan!…
El anciano de nombre Normén también preguntó hacia donde nos dirigíamos.
-Hacia el lugar mágico respondimos con Letizia…
Él nos propuso que si nos tocaba a mí y a Letizia con su bastón mágico nos desplazaría en un segundo hacia tal lugar.
Letizia en mí no confiaba y me volvía a repetir que no aceptara al igual que el enano y la princesa negra, lo del anciano de cabellos blancos también sería una trampa para llevarnos al principio, rechacé su oferta, el anciano enfurecido me dijo acepta es lo más fácil, palabra cable lo fácil siempre tiene sus engaños.
El anciano Normén nos dice buena decisión y también desaparece de nuestra vista, yo imaginaba mi aventura sin Letizia, sería un desastre pasaría en el principio siempre y nunca llegaría.
Seguimos avanzando, ya nos quedaba poco, yo no me daba cuenta pero en el camino Letizia iba creciendo ya no era la nena que rescaté de aquél hechizo, de un momento a otro se había convertido en una hermosa mujer en lo que estaba distraído con ese pensamiento aparece la bruja Armestiza y me dice:
-¡Ustedes están llegando al lugar mágico y no se los voy a permitir!…
-¿Y qué vas a hacer para impedírnoslo?...
-¡No me tientes! que te puedo convertir en cualquier cosa extraña…
Yo igual en ese momento tenía temor pero no sé por qué me sentía tan seguro, con Letizia a mi lado, la bruja igual dudaba no se atrevía con decisión a atacarme.
-¡Les doy dos minutos para retroceder de aquí o los convierto en algo extraño!…
En ese momento mi temor se convirtió en desafío y como la palabra lo dice la desafié a hacer algo en nuestra contra, todos pudiesen imaginar que yo me escondería tras Letizia, pero no, decidí enfrentar la situación, además estábamos demasiado cerca para echar marcha atrás, la bruja estaba muy enfadada y dijo:
-¡Bueno ya pasaron los dos minutos!, se acabó su tiempo, ¿por quién comienzo para convertirlo en rata con cuerpo de elefante?...
-¡Bien me decidí por ti humano!...
Y me lanzó un rayo con su varita mágica, no sé que me dio por no esquivarlo y la miré con mis ojos desafiante hacia su mirada, la impresioné, porque dio marcha atrás a su hechizo y me dijo:
-¡Con esos ojos yo no puedo!, ¿por qué tienes esa mirada tan tierna?, si me hicieras el favor de mirar para otro lado para tirarte mi hechizo…
Yo ni loco, Letizia me dijo al oído:
-Te descuidas y su hechizo cae sobre ti.
¿Qué hago?... me peguntaba.
No podía estar mirándola siempre a los ojos sin cansarme, además ella estaba decidida a impedirnos que llegáramos a nuestro objetivo, le pregunte:
-¿Por qué tanto empeño en impedirnos llegar con el hada?, y ella respondió:
-Nadie ha llegado jamás donde han llegado ustedes y por lo tanto hasta aquí les permito llegar.
Yo no podía ni quería rendirme y me di cuenta que su escoba, en su parte donde está la paja, estaba quemada, sin quitarle la vista de encima a la bruja, me acerqué más a Letizia para comentarle, y le dije cuando ya estaba cerca de ella:
-¿La bruja no se acuerda de ti?... y ella me responde:
-No si sabe que soy yo…
-¿Y por qué no te dice nada?...
-Por que no le da tanta importancia, le da más importancia a detenerte.
Decidí distraer su atención y le pregunté:
-¿Por qué convertiste a Letizia en esa oveja de cuello largo?...
-Porque quiso quemar mi escoba… respondió.
Craso error no funcionó, pero:
-¿Y no te interesa saber cómo volvió a la normalidad?...
-¡Ya lo sé!... me dijo, yo todo lo sé.
La miré bien y me di cuenta que ese rostro que ahora estaba lavado, antes estaba sucio, era su madre adoptiva, la bruja Armestiza era la misma señora de rostro deslavado.
-Que bestia que es esta mujer, no dejar que nadie llegue al lugar donde se encuentra el hada y además convertir en un animalejo a tan hermosa niña, que dejan a su cargo.
En ese minuto que pienso estas cosas me descuido, bajo la mirada, la bruja aprovecha la oportunidad y me lanza su hechizo, en eso que estoy perdido aparece la princesa negra a mi rescate y la detiene.
-¿Pero cómo te atreves a desafiar mi hechizo a este mortal?, verás serás castigada por tal atrevimiento.
Y ambas desaparecen, quede helado con tal situación, Letizia me impulsó a continuar y a no seguir distrayéndome, seguimos nuestro camino, pero yo iba muy callado pensando que le podría pasar a la princesa negra, y ¿por qué me salvó?, empezamos a subir el cerro para llegar donde el hada de los deseos y un duendecillo de nombre Thiot, aparece en uno de los muros del cerro y nos pregunta hacia donde nos dirigimos.
¡A donde el hada!... contesté.
Él nos dijo miren, abrió una compuerta a su espalda y un hermoso palacio con joyas y todo lo que un humano pudiese desear estaba a nuestra disposición, nos dijo que si desistíamos de tal idea todo esto sería nuestro, Letizia me decía:
-¿A estas alturas ya sabrás sólo tomar una decisión?...
-Sí, ¡me quedo con todo no es cierto!...
-¡No!... le dije al duendecillo rechazo tu oferta, debe ser muy importante el hada como para ofrecerme tantas maravillas a cambio de conocerla, a si que a seguir hasta el final.
El duendecillo me dijo:
-¡Bueno tú te lo pierdes!... y diciendo esto cierra las compuertas y desaparece.
Con Letizia continuamos nuestra travesía, yo todavía estaba preocupado por el futuro de la princesa negra, le pregunté a Letizia si sabía más o menos lo que le ocurriría a Lúyuria y ella me respondió que lo ignoraba totalmente.
No podía concentrarme en mi decisión de conocer el hada y por fin pedir ese deseo que a estas alturas, ¡no sé qué puedo pedir!...
Seguimos nuestra escalada por el cerro, yo tenía sed, Letizia me da un fruto que corta de un árbol, era un fruto delicioso y muy jugoso, es como si hubiese bebido un vaso de agua con un sabor que no conocía, jamás había sentido ese sabor en mi paladar, le pregunté:
-¿Qué fruto es este?...
-¡No sé!... me respondió ella, ya lo había visto antes, al principio lo probé y me gustó, además todo lo que ves aquí lo puedes comer y no te causara daño alguno, mientras seguíamos escalando el cerro le preguntaba a Letizia si más o menos sabía dónde se encontraba el hada, y en eso que le pregunto aparece un gigante de nombre Normi y nos pregunta que ¿hacia dónde nos dirigíamos?...
-A conocer el hada de los deseos… le contesté.
El gigante miró a Letizia y Letizia asentó con la cabeza.
-Ustedes no pueden seguir, tengo algo mejor que ofrecerles, o vuelven por donde llegaron o los aplasto con mi pie como cucarachas.
Yo me preguntaba cómo tanto deseo en impedirnos llegar con el hada, el gigante me miró y me dijo:
-Tú te imaginas si la vida o esto fuera fácil, nadie desgastaría fuerzas en empeñarse por conseguir algo.
-¡Ya está!, a pelear, no te tengo miedo jodido gigante, ¡intenta aplastarme!..
Me refugié con Letizia en una cueva cercana, saqué una cuchilla.
-¡No!… me dijo, no lo ataques con eso.
-Yo no lo voy a atacar con esto.
Tome una rama gruesa y comencé a sacarle punta y fabriqué una especie de estaca, salí a enfrentar al gigante con la estaca entre mis manos a mi espalda, y le dije:
-¡Bien aplástame si puedes!
Y este me mandó un pisotón, pero el muy cretino no se imaginaba la trampa que le tenía preparada, le enterré la estaca en su pié, para él era como una astilla yo alcancé a saltar hacia el lado para esquivar el pisotón y él cayó sentado de dolor y no se podía sacar al estaca su pié, y yo le dije:
-Yo te saco la estaca si nos dejas tranquilos continuar nuestro trayecto.
-¡Hay este dolor no lo soporto!, ¡está bien!, quítame esta astilla.
Le quité la estaca el gigante agradecido me regaló una galleta enorme, miré a Letizia para solicitar su aprobación y ella me dijo:
-Nada de este lugar que sea comestible te puede hacer daño, recíbelo con toda confianza.
La galleta era deliciosa, también le di a Letizia, además a estas alturas teníamos un poco de hambre al punto de la fatiga y ahí nos despedimos del gigante y continuamos nuestro camino, en eso que continuábamos con nuestro trayecto aparece un brujo de cabello largo y negro, era muy parecido a mí, demasiado parecido diría yo con la única diferencia del color del pelo y de los ojos, me preguntaba el porque se parecía tanto a mí en lo que pensaba esto nos pregunta:
-¿Hacia donde se dirigen?...
-A conocer el hada le respondimos…
-¿Ustedes no han visto a una princesa toda vestida de negro al igual que yo de nombre Lúyuria?...
-¡Sí! Le respondí yo, y le conté lo que había ocurrido con ella, el brujo estaba muy enfadado con la noticia y nos decía:
-¿Y ahora cómo voy a rescatar a mi amada de las garras de Armestiza?
Yo le pregunté si ella podría salvarse sola combatiendo con la bruja Armestiza, porque al igual que él yo también estoy muy preocupado por Lúyuria.
-¡Y todo por culpa de un mortal!...me decía mi gemelo de cabello negro.
-Ahora tendrás que acompañarme… me tomo del hombro y desapareció conmigo, luego aparecimos en un lugar muy tenebroso, era de dominio de la bruja Armestiza y tenía amarrada a la princesa Lúyuria, el brujo miró mis ropas y dijo:
-Con esas ropas no podemos hacer lo que me propongo…
Y por arte de magia cambió mis ropas por unas iguales a las de él, ahora si no cabía duda, éramos idénticos, la única diferencia era nuestro pelo y nuestros ojos como lo mencioné anteriormente, aunque los dos teníamos el pelo largo como metaleros, el de él era negro y el mío de color castaño.
-Con tu pelo yo no puedo hacer nada, sólo dejarlo suelto al igual que el mío…
Y me instó a enfrentar a la bruja Armestiza, yo no tenía miedo, todo lo contrario quería rescatar a la princesa negra, ¿cuál sería el plan de este brujo?
-¡Eh Armestiza!... y he traído a mi hermano del norte para enfrentar tu poder…
-¡Ah sí!, ¿Y tú crees que así vas a enfrentar mi poder y me podrás derrotar?
-¡Sí!... le respondió el brujo a la hechicera Armestiza.
Se acercó a nosotros y nos dijo:
-A ver deseo conocer a tu hermanito.
Se acercó me miró yo de nuevo la miré con mis ojos desafiantes y ella otra vez se intimidó conmigo.
-Ah no lo puedo creer, ya son dos que me provocan tal bloqueo, el brujo que se llamaba Sudfriel, (porque así lo llamo en un momento Armestiza), estaba decidido y me dijo:
-Tú la miras fijamente a los ojos, y yo la ataco cuando se descuide, golpeó mi cabeza con su varita y me dijo:
-¡Ahora puedes volar!
Mientras Armestiza intentaba atacar a Sudfriel yo me ponía enfrente de ella con mi mirada desafiante, unos de sus tantos rayos golpeó a Sudfriel y este cayó al suelo, yo fui en su auxilio y Armestiza dijo:
-¡De una vez por todas me voy a deshacer de la princesa negra!… y fue a querer acabar con ella.
Yo dejé a mi gemelo de lado y fui en rescate de la princesa Lúyuria y me interpuse entre Armestiza y Lúyuria y puse mis ojos fijos en la mirada de la bruja, esta se descuidó, mi gemelo aprovechó la ocasión y lanzó un rayo con hechizo incluido que cayó sobre Armestiza y este la despojó de sus poderes y la convirtió en la señora deslavada que vi al principio, cuando le quise devolver a Letizia.
-¡Lo acepto!… dijo Armestiza, me derrotaste pero devuélveme mis poderes.
-¡No!... le respondió el brujo, primero demuéstrame que hay cambios en ti y te vas a transformar en una bruja buena, que no va hacer daño alguno, ¡ya no más!...
-¡De acuerdo! Y ¿en cuanto tiempo lo tengo que demostrar?...
-Un año, el mismo tiempo que tuviste a Letizia convertida en oveja de cuello largo… dije yo.
-¡Sí!, el mortal tiene razón, ¡un año estarás en esa transformación!...
-¿Y qué tengo que hacer?...
-Créate tus propias fuentes de demostración.
Armestiza un tanto enfadada se retiró del lugar, el hechicero Sudfriel soltó a la princesa negra Lúyuria y le dio un beso muy apasionado, eran pareja, decepción fue lo único que sentí, a mí, igual me encantaba la princesa negra, le pedí a Sudfriel que me devolviera donde estaba Letizia para continuar nuestro viaje hacia el hada de los deseos.
-¡Espera!... me dijo, deja quitarte esa ropa…
-¡No!... le dije yo, quiero impresionar al hada.
Ya devuelta con Letizia esta quedó asombrada con mis vestiduras y le dije:
-Continuemos con nuestro viaje…
Seguimos caminando y llegamos hasta la cima del cerro y nada ni rastro del hada de los deseos, estaba muy decepcionado, tanto que luchamos para llegar acá y no encontrar lo que buscábamos, pero algo me tenía intrigado desde que iniciamos nuestro ascenso por el cerro y me interrumpió mi pregunta a Letizia la primera intervención de la bruja Armestiza, era que Letizia mientras avanzábamos iba creciendo, ya no era la nena que rescaté de ese hechizo, se había convertido en toda una mujer y muy hermosa por lo visto y algo se parecía a Lúyuria al igual que yo a Sudfriel la diferencia la daba el color del pelo y de los ojos. Me atreví y le pregunte:
-¡Que sucedió!, ¿por qué ya no eres la niña que eras?...
Ella me miró y me dijo:
-Pensé que no te habías dado cuenta, es que siempre fui yo, nunca fui niña, ante tus ojos, tu mirada tierna, eso era, una niña, pero esto es lo que soy, soy mujer, soy el hada de los deseos, y tú, eres el elegido para combatir a la verdadera bruja Armestiza, porque todo lo que pasamos fueron pruebas para llevarte a la real batalla y para ver si realmente estabas capacitado para lo que te espera, y no se si te diste cuenta que el parecido con Lúyuria y Sudfriel no es casualidad, éramos nosotros en reencarnaciones anteriores cuando combatíamos con Armestiza, nuestro real problema por solucionar, ahora comienza nuestra real travesía. Abre un portal en el aire me invita a pasar, acepte y desaparecimos.
Noviembre 2008.
No hay comentarios:
Publicar un comentario